El proyecto espacial mexicano tiene posibilidades de ser aprobado el próximo año; el Gobierno tendría que gastar el 5% del PIB anual para la manutención de esta agrupación.
Fernando de la Peña, principal promotor de AEXA, enfatizó que es prioritario aprobar esta iniciativa de ley el próximo año, ya que es cuando inician los programas que incluirían a México en este proyecto.
La puesta en marcha de la agencia permitiría que nuestro país participara -junto con otras 45 naciones- desarrollando tecnología para este proyecto de la NASA, permitiéndole a México tener ingresos a partir de la comercialización de dicha tecnología.
De aprobarse esta iniciativa, la agencia funcionaría el primer año con 80 millones de pesos aportados por financiamiento internacional y de los gobiernos estatales.
De la Peña aseguró que la visión de esta nueva agencia es incluyente, ya que pretende que empresas e industria se involucren para amortiguar la dependencia tecnológica que orilla al gobierno a gastar alrededor de un 5% del Producto Interno Bruto (PIB) en este rubro.
Asimismo, afirmó que AEXA está avalada por más de 35 países y que uno de los objetivos principales es apartar ciertos nichos de oportunidad en ese "pastel espacial" que son las misiones a la Luna.
Entre estos nichos se encuentra la elaboración de nanosatélites que constituirían el sistema de rastreo lunar; textiles que formarían parte de los hábitats lunares y la elaboración de piezas para el vehículo que sería utilizado para transportarse en el satélite natural.
Además de estas áreas de oportunidad en las que México se podría insertar, existen las condiciones idóneas para que la península de Yucatán sirva como lugar para desarrollos espaciales: un lugar de lanzamiento de satélites y la posibilidad de instalar un laboratorio submarino que permita simular misiones espaciales similar al que la NASA tiene en Florida.
"No vamos a tener astronautas, ni a lanzar cohetes nosotros", aseguró.
Sin embargo, empresas internacionales se han mostrado interesadas en lanzar satélites desde Yucatán por lo que se rentaría el espacio y se domesticaría la tecnología.